21 de noviembre de 2016

El piso mil, de Katharine McGee

Ni siquiera hace dos semanas, después de terminar de ver uno de los capítulos de How to get away with murder, me puse nostálgica: hay algo que me falta en mis series, porque aunque How to get away with murder es adictivo, desde que se acabó Pretty Little Liars tengo un hueco que no consigo llenar. Un hueco que durante años llenó, primero Gossip Girl y luego Pretty Little Liars.
Y entonces llegó a mí El piso mil.

No era lo que esperaba. Cogí el libro en la biblioteca sin saber de qué iba, porque me llamaba la atención quién lo había traducido (Manuel de los Reyes, que os sonará por Brandon Sanderson y Paolo Bacigalupi). Y siempre que he escogido un libro por su traductor, he acertado. Lo único que sabía del libro es que hay una chica que cae de una torre altísima (porque la contraportada dice poco más) y estoy maravillada con lo que encontré dentro.

El piso mil, reseña

Avery, Leda, Eris, Rylin y Watt viven en una torre de mil pisos, que es en sí una ciudad. Los pisos superiores están reservados a los ricos, mientras las familias más humildes se hacinan en los inferiores. Los cinco chicos viven en la misma torre, pero no todos son amigos: les seguiremos mientras sus vidas convulsionan, se cruzan y se relacionan. Porque el dinero no te hace inmune a los problemas, y así como los cimientos de la torre son sólidos, sus vidas se van a tambalear como nunca hubiesen esperado.

En la sinopsis y en el prólogo adelantan que una chica cae al vacío desde la azotea de la torre. Y es cierto: hay una chica, que hasta los últimos capítulos no sabremos quién es ni qué le ha pasado, que se mata tras caer más de más de cuatro kilómetros de alto. Sin embargo, no es el misterio de quién será ella ni cómo llegó hasta allí lo que te hará seguir leyendo. Porque los cinco (o los diez, porque también conoceremos a Atlas, Cord, Mariel, Nadia, Hiral, Chrissa... y sus padres) consiguen tenerte sin querer cerrar el libro con sus vidas, sus líos y sus problemas.

Hay muchísimas cosas que me han gustado de El piso mil. Por una vez, me he entregado a unos personajes originales y carismáticos. A pesar de que a priori podríamos encontrarnos con la ya típica protagonista femenina irritable y caprichosa (como en Un cuento oscuro), la autora no se ha conformado con escribir personajes típicos y fáciles de conocer. Todos, incluso los secundarios, tienen su personalidad, su pasado, sus aspiraciones y su futuro. No he reconocido otros personajes en estos, y cuando creía conocerlos, hicieron algo que les dio una nueva dimensión y añadió profundidad. Son personajes vivos, personajes que se dejan conocer y con los que no se tarda en empatizar.
Aunque queda en un segundo plano, la novela tiene una visión futurista y optimista de la ciencia ficción que, aunque discreta, termina siendo imprescindible para entender a los personajes y su mundo. La trama principal no es la ciencia ficción, pero sí se apoya en ella: las lentes de contacto, la siguiente generación a las tablets, tiene a los protagonistas consultando información dentro de sus ojos; encontramos una IA que puede pasar por una persona; la propia existencia de la torre; las drogas comunitarias, controladas a distancia... No es una distopía, los protagonistas no tienen que salvar al mundo y sus vidas solamente les importan a ellos y a los lectores: se agradece el cambio de temática por fin.
Casi todas las tramas de los protagonistas se basan en sus problemas amorosos, pero los temas que toca no se quedan ahí. El piso mil es una novela juvenil, pero se aleja en muchos aspectos de otras que he estado leyendo últimamente. A pesar de la frivolidad de algunos de los problemas de los chicos, trata temas serios y con seriedad. La visión dura y aplastante que da de las drogas hace mucho que no la encontraba en ningún libro. Creo que no la encontraba desde los libros juveniles que se publicaban cuando era adolescente, que coincidió con una propaganda anti drogas onmipresente que nos llegaba desde todos los frentes: la literatura también. Hasta que leí las adicciones de Leda no recordé todos los años que hacía que no veía el tema tratado con detenimiento y seriedad en una novela -lo que no quiere decir que también se muestre la parte recreativa y no peligrosa de ellas.
Como digo, es juvenil, pero tiene un tono diferente a otros libros de este género que he ido encontrando últimamente. Y este tono se ve especialmente en el sexo. Crepúsculo fue el culmen de los libros juveniles mojigatos aleccionadores a favor de la abstinencia y el puritanismo, pero en El piso mil se aleja de esta visión: los personajes mantienen relaciones sexuales, fuera del matrimonio; algunos admiten que regularmente: y no pasa nada. Sin embargo, las escenas de sexo son la excepción y alguna tiende a la cursilería; pero es otro cambio de tono que se agradece.
Pero tampoco pierde la oportunidad de hablar de la pobreza y el clasismo. Las vidas de los protagonista están condicionadas por el dinero, por su abundancia o por la falta de él. Veremos la desesperación en varios de los personajes, además del clasismo sucio y desagradable de algunos de los que viven en la cima de la torre. Los protagonistas, aunque sus vidas terminan cruzándose, son muy diferentes entre sí, y una de las diferencias más marcadas es su dinero: no es lo mismo dedicar el día a relajarse en un spa que a pasarlo en dos empleos para evitar que le deshaucien.
El piso mil, además, es heredero de las peticiones de diversidad e inclusión que se llevan haciendo ya durante un par de años en las redes: la autora no ha escatimado en razas (causásico, negro, árabe, asiático occidental, asiático oriental... y seguro que me dejo alguna) y ha contemplado la homosexualidad en las relaciones de los protagonistas. Sin embargo, esta representación se me ha quedado corta. ¿Qué sentido tiene indicar que un personaje es claramente descendiente de asiáticos si no le aporta ningún rasgo a su personalidad, a su vida o a su visión del mundo? ¿Es relevante comentar la raza de un personaje si la descubres en el penúltimo capítulo? No son preguntas retóricas, y son cuestiones a las que les he estado dando vueltas desde que me di cuenta de la variedad de razas en los personajes.

Solamente tengo una queja del libro: y son todas las líneas dedicadas a describir el vestuario de los personajes. Es cierto que para ellos es importante, y en obras de referencia como Gossip Girl también es importante, pero al ser una serie no necesitamos esa descripción; sin embargo, a veces parecen demasiadas y sobre todo, innecesarias. Hay personajes a los que no les importa su aspecto, y más en escenas en las que es irrelevante, encontramos igualmente esa descripción. Para ser la única queja tampoco es para tanto.
El final tampoco me ha convencido. Tras desvelar quién se cae de la torre y cómo me parece que se ha forzado que quede la trama tan abierta. En los capítulos anteriores ya se ve claro que el final va a ser abierto, y en Goodreads ya está apuntada la segunda parte de la novela, pero queda muy artificial esa conclusión-revelación final y que presumiblemente será el hilo que seguirá la secuela.

Lo he buscado, y me parece mentira que todavía no haya fanart de esta novela. No en el fandom americano, porque el español de momento no existe. Como RBA le dé un poco de publicidad a esta novela os vais a hartar de ella. Y yo seré feliz.

El piso mil de Katharine McGee está publicada por Molino (RBA) (ISBN: 978-8427210325) y traducida por Manuel de los Reyes. Al principio se anunció como una novela única, pero en Goodreads aparece la segunda parte (todavía sin título ni fecha de salida).

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13 de noviembre de 2016

El libro de las brujas, de Katherine Howe

Creo que es la primera reseña de un libro de no ficción que traigo al blog. Pero es que pocas veces un libro de ensayo hace tanto ruido en mi TL y en mis grupos de amigos y voy a aprovechar. Porque no solo de novelas está hecha la biblioteca, y a veces tenemos que tener en cuenta los ensayos.

El libro de las brujas reseña opinión

El libro de las brujas recopila documentos jurídicos relacionados con casos de brujería desde el siglo XVI hasta el XIX. Estos documentos se dividen, cronológicamente, en tres etapas: antes de Salem, Salem y Después de Salem. La editora hace una introducción a cada una de estas etapas y otra un poco más breve, contextualizando, cada documento que ha recopilado. A través de los documentos y de sus introducciones vamos conociendo quién era considerada una bruja, la importancia jurídica que tenía, las pruebas que se tomaban como válidas en un juicio y muchos aspectos más que rodearon a la brujería durante estos siglos.
El libro me ha servido para desterrar varios mitos que tenía sobre las brujas: el primero y más importante, no acusaban y ahorcaban (casi todas fueron ahorcadas, aunque hubo muchísimas acusadas y sentenciadas de brujería que no tuvieron pena de muerte) a las mujeres que consideraban una “amenaza”: las inteligentes; en cambio, la enorme mayoría de las brujas eran mujeres poco inteligentes, poco atractivas, malencaradas y de un nivel económico muy, muy bajo. Eran mujeres tan poco inteligentes que llegaban a creerse los rumores que se extendían sobre ellas y llegaban realmente a pensar que los delitos de los que las acusaban los habían cometido en realidad.
Esto lo resume muy bien Reginald Scot, ya en 1584. Era un escéptico que no creía en la existencia de brujas:

"Una clase de aquellas a las que se tacha de brujas son mujeres generalmente viejas de ojos turbios, tullidas, pálidas, malolientes y marcadas de arrugas, pobres, hurañas, supersticiosas y papistas; o mujeres que no conocen religión , en cuya razón aletargada ha encontrado el Diablo un buen asiento. Y de este modo, fácilmente son llevadas a creer que cualquier accidente , infortunio , calamidad o muerte acontece por su causa, con lo que imprime en su razón la firme y constante creencia imaginaria de que esto es así. Son enjutas y contrahechas, y reflejan sus rostros melancolía para horror de cuantos los contemplan. Son chochas , gruñoñas, locas, diabólicas y no muy distintas de aquellos a los que se tiene por poseídos por los espíritus."

El segundo mito es la presencia de hombres. Eran hombres en casi la misma situación que estas mujeres: poco inteligentes, poco agraciados, sin don de gentes y pobres. Muchos eran maridos de brujas, pero otros también eran solteros o viudos.
Y por último, algo que Howe podría haber explicado un poco más, para los que no estamos acostumbrados a tratar con textos de Derecho: la brujería solo era una causa más en un juicio: a las brujas las acusaban de delitos, que luego se explicaban mediante la brujería. Es decir, no se acusaba a las brujas por brujas, si no de haber causado una enfermedad mediante brujería, de haber provocado una muerte o una desgracia mediante la brujería. Por eso, aunque la religión está muy presente, los juicios eran civiles; creo que en el libro no aparece ningún juicio eclesiástico. Hay incluso constancia y varias referencias a brujas "buenas" a las que se recurría de manera habitual: a esas no se las acusaba ni se las juzgaba.

La primera mitad, aunque monótona ya que solo intercala breves introducciones entre textos legales de 1500 y 1600, es interesante. Sin embargo, cuando llega a la parte de Salem es cuando empiezan a notarse las carencias del texto.
He echado muchísimo de menos más texto y más explicaciones por parte de la editora. Los textos primarios son muy interesantes, pero las intervenciones de Katherine Howe son a veces demasiado breves y escuetas. En la parte de Salem, por ejemplo, no explica qué ocurrió en realidad. No pone en antecedentes, no explica por qué se desató ese miedo y esa rabia que vemos en los textos que nos mostrará. No conocemos a las acusadas ni a las sentenciadas. Hay textos sobre alguna sentenciada y alguna absuelta, pero no deja de repetir que hubo 19 ahorcadas y muchísimas más acusadas: vemos los textos primarios pero no están hilados.
Y esa es mi gran pega al libro: es un fantástico libro de referencia para quien quiera trabajar el tema de las brujas, pero es bastante deficiente en cuanto a texto divulgativo; que era la intención con la que lo empecé.


En El libro de las brujas no encontramos una historia de ellas, acompañada de textos primarios (muchos muy parecidos ya que trata sobre todo el mismo género: informes de acusación, informes de detención, interrogatorios), si no un corpus de referencia en el que apoyar futuros trabajos. Como lectora curiosa se me ha hecho insuficiente y deshilachado; pero a algún investigador le será una fuente valiosísima de material.

El libro de las brujas está editado por Katherine Howe y traído a España por Alba Editorial (ISBN: 9788490652244).

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1 de noviembre de 2016

Un cuento oscuro, de Naomi Novik

Un cuento oscuro ha arrasado con todos los premios de 2016. Se ha llevado el Locus, el Nebula, el de Goodreads y además ha estado nominado al Hugo. No es ninguna tontería, debe ser un libro impresionante.
Sin embargo, a pesar de empezar bien, para mí se fue desinflando hasta llegar decepcionada al final.

Un cuento oscuro reseña

Agnieska es una campesina que vive bajo la sombra del Dragón: un mago que cada diez años baja al pueblo, elige una muchacha y se la lleva durante una década a su castillo. Nadie sabe qué ocurre allí dentro, solo saben que cuando termina el tiempo, la elegida no pasa más de un mes en casa antes de mudarse para siempre.
Pero Agnieska no está preocupada por sí misma: el Dragón elegirá a su mejor amiga, Kasia: es mucho más guapa, cuidadosa, inteligente y educada que ella. Pero cuando estaba preparada para perderla para siempre, el Dragón la elige a ella.
Agnieska se muda por la fuerza al castillo, donde descubrirá qué es la magia, desmitificará al Dragón y se dedicará a desobedecer por costumbre.

A pesar de los premios que ha cosechado, hay opiniones muy diferentes del libro. Hay gente a la que le encantó y gente a la que le aburrió. Al principio yo pensaba que estaba dentro del primer grupo, porque arranca, aunque previsible, interesante, pero no tardé mucho en desencantarme.
A pesar de esto, reconozco que el libro tiene virtudes.
Uno de sus puntos fuertes es la ambientación. Las aldeas por las que se mueve el Dragón, el Bosque, tan misterioso como amenazante; y el enorme castillo con sus salas, accesibles e inaccesibles. Novik, que no tiene prisa por hacer avanzar la narración, a veces se deleita describiendo los lugares por los que pasa la protagonista; un mundo bien construido y hecho para disfrutar.
Sin embargo, lo que más me ha gustado del libro es el personaje del Bosque. El Bosque es un elemento vivo, mucho más que un conjunto de árboles y seres amenazantes: el Bosque es un personaje más, implacable, terrorífico, misterioso y, sobre todo, sorprendente: es un personaje que se desliza poco a poco entre las páginas, cuando estás distraído con los enemigos del Dragón y el aprendizaje de Agniezka. Creo que es la primera vez que veo a un bosque como personaje colectivo, vivo y que toma parte en la trama.
El sistema de magia es interesante. No explica gran cosa sobre él, ya que Agnieska tiene un talento natural y, a pesar de todo lo que describe con pelos y señales, no investiga los diferentes sistemas de magia.

Pero a lo largo del libro ha habido más cosas que no me han gustado que las que me han gustado:
El principio es una sucesión de clichés, es volver a revivir a la protagonista torpe y poco atractiva que toma una relevancia que no espera y se encuentra ante un hombre poderoso que la controla y se la lleva a su terreno. Creo que todos hemos leído más de un libro con estos personajes y este inicio, y me atrevo a decir que ninguno ha resultado ser un buen libro.
No soy gran lectora de juvenil ni de young adult, pero me gustaría leer algún libro de estos géneros y que los personajes fuesen maduros y racionales.  Relacionado con el cliché previo, parece que los escritores no son capaces de concebir personajes jóvenes pero maduros e inteligentes: Agniezka tiene pataletas a cada poco, se deja llevar por arrebatos, desobecede órdenes precisas poniendo en riesgo su vida y la de personajes cercanos a ella... y en ningún momento parece que esté mal. Es lo que se supone que tiene que hacer. El Dragón le ordena quedarse en el castillo mientras él atiende una urgencia y ella se descuelga por la torre. El Dragón le dice que se asee un poco y se friega comida por la ropa para fastidiarle. Es una conducta tan común en personajes de estos géneros que ya no se le intenta reprender o dejarle entender al lector que es desagradable: parece que se ha vuelto la norma.
La relación entre los dos personajes principales durante la primera mitad del libro es desagradable e innecesaria. El Dragón no tiene diálogos en los que no insulte a Agnieska, por ejemplo. Es una relación tensa y desagradable sin ninguna justificación: el Dragón ya a la elige a ella a regañadientes y a ella, la única manera en la que se le ocurre rebelarse, es enfadarse y tener pataletas.
Si tenemos en cuenta que leemos la historia a través de los ojos de Agniezka, Novik ha creado además un personaje sin demasiadas luces: nos repite constantemente qué está pasando, qué pasó y quiénes intervienen, como si temiese que nos fuésemos a olvidar de una información que nos ha dado, además, recientemente. Agniezka, como se puede ver, no es, en general, un personaje demasiado interesante, lo que hace inverosímil que sea tan poderosa y aprenda magia tan rápido como lo hace.
Hay un par de intentos de violación al principio del libro todavía más innecesarios. Ya estamos hablando mucho de que es innecesario incluir la violación para caracterizar personajes o hacer avanzar la trama y no me voy a extender mucho más.
Y, sobre todo, la historia se estanca. Empieza con un ritmo rápido, ocurriendo un montón de cosas, presentando personajes, lugares y situaciones. La magia se desarrolla a buen ritmo... pero esto se acaba y pronto los personajes empiezan a darle vueltas siempre a los mismos temas. Como Agnieska tiende a la repetición, encuentras a cada poco información repetida, lo que obstruye el seguir avanzando en la trama y dejando actuar a los personajes. Entonces el libro se vuelve aburrido.

Aunque finalmente han vencido las cosas que no me gustan, reconozco que Un cuento oscuro tiene sus cosas buenas. Lo que me cuesta más reconocer es qué le han visto todos los votantes de los premios para conseguir estos resultados. Porque no es un desastre ni mucho menos, pero tiene los errores suficientes como para que esta pregunta sea legítima.

Un cuento oscuro de Naomi Novik está publicado por Planeta (ISBN 9788408151487) y es una novela autoconclusiva.
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Suficiente blog por hoy. ¡A escribir!